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La escena independiente está rompiendo todo: Bazar de Bandas Vol 4

  • Texto y fotos por Lunambula
  • 20 jul 2017
  • 2 Min. de lectura

Para algunos era la cuarta edición del Bazar de Bandas, para muchos era la primera vez que decidíamos dar el rol por el lugar y tantear el terreno.

Impresionante bienvenida que nos dio el Foro Niza, con un lleno total y gente que no paraba de llegar, todos con intención no solo de comprar mercancía oficial de sus grupos favoritos, si no de poder tener de cerca a los músicos, tomarse alguna foto, hablar con ellos y percibir por un instante que somos parte del mismo universo.

Entre los puestos o los pasillos podía encontrar a los músicos de bandas como Beta, Sabino, Piña de Say Ocean y Chotgun, Gastón mejor conocido como Lng/Sht, a Mariel vocal de Sweet Menta y una de las grandes colaboradores musicales en el medio, a gente de agencia Humo, a Daniel de los resurgidos Odisseo y por supuesto a los fotógrafos atentos a cualquier imagen que pudiésemos captar.

Las bandas comenzaron a tocar entre el primer piso y planta baja, ya sea acústicos o full band; fue así como empezó a arder el escenario, justo cuándo Beta deleitaba a su público con un acústico, la gente comenzaba a buscar un lugar en donde pudiera esperar por todo lo que estaba por venir, fue ahí en donde reventó la casa del Foro Niza, Sabino y Lng/Sht se hicieron presentes, no cabía nadie más y se sentía el calor lleno de euforia y amor por las notas que salían de ambos sab-hoperos, al termina llegó Simpson Ahuevo que no dejó bajar el calor de las masas, afuera llovía pero adentro había una comunión inigualable entre músicos y melómanos, entonces todo se descontroló la gente quería subir pero no había lugar, nadie quería salir pero había una enorme fila esperando ingresar, fue entonces cuando las autoridades de la Ciudad de México llegaron al recinto y si bien los organizadores hicieron todos los intentos para que permitieran continuar, resultó imposible, Sierra León y Dromedarios Mágicos, no pudieron tocar.

A pesar de todo ello la energía jamás se agüitó, algunos nos quedamos al final, otros se comenzaron a ir con la amargura de no poder cerrar un domingo lleno de rock como se merecían y pese a todo lo demás muchos salimos con una sonrisa enorme en la cara, extasiados por la cercanía de las notas, el retumbar de los gritos de las canciones coreadas, del intenso amor que la música genera.

Concluyo: la escena independiente está rompiendo todo, justo como debe ser.


 
 
 

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