La contracultura tiene nombre: Silverio en San Luis Potosí #CircuitoIndio
- Caro Quintanilla
- 29 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Silverio es conocido por su música y sus presentaciones que van más allá de lo irreverente, ha sido tanto criticado como idolatrado, cada vez más generaciones consideran que conocerlo o asistir a uno de sus conciertos es un must-o todo lo contrario-.
Y es que es totalmente fuera de lo común, de lo que alguien había visto en un escenario o de lo que se podría imaginar, Silverio se pone cara a cara con el público para escupirles en la frente el significado de la contracultura en México.
Silverio es un personaje hecho por lo mundano. Explicar en qué consiste su música y/o actuación es posible sólo si se es capaz de ver al mundo sin filtros y reconociendo su salvajez como único valor predeterminado.

Le basta una consola y un micrófono para hacer de los foros a los que visita, todo una cueva de personas que, al día siguiente seguirán siendo los estudiantes, los amigos, los buenos hijos, novios, personas educadas, pero que en ese momento, al estar escuchando a Silverio no serán otra cosa más que aborígenes de la era de las cavernas.
Silverio formó parte del ciclo 4 de circuito indio, una de sus últimas presentaciones fue en San Luis Potosí el pasado 25 de agosto, el bar sede del concierto tuvo casa llena, para las 11pm ya no había acceso, pues había gente hasta en los pasillos de los baños. Entrar al lugar donde estaba el escenario, era sentirse en un sauna. La cerveza era la mejor compañía para casi todos los asistentes quienes, en cuanto Silverio subió al escenario, no dejaron de bailar, de sudar, de escupir, de lanzar golpes al aire, de gritar, de ser humanos sin restricciones.
Un set de casi una hora de duración, lleno de bailes extraños, desnudos, mucho alcohol y caos, fue lo que dejó Silverio además de un cierre confuso, cuando decidió dejar que muchos de los asistentes subieran con él al escenario, provocando fallas en las bocinas y en su consola, la solución fue simple; dejar de tocar y comenzar a tomar y burlarse del público.

La noche cerró con ese aire de por fin desestresarse de todo, de haber gritado y bailado sin temor a una crítica, porque quien asiste a un show de Silverio, sabe bien por qué lo hace. Dejó agotados a todos, y con recuerdos que seguro no olvidarán como quienes subieron al escenario con Silverio a tomar con él, besarlo y escupirlo como buen acto de amor primitivo. Los potosinos que se quedaron sin verlo ya preguntaban cuándo volvería… los puntos de escape son necesarios. No cabe duda de que Silverio, por muy criticado que sea, es de los pocos (si no es que el único) que ha logrado una respuesta así, por parte del público. Se espera su regreso en tierras potosinas, mientras, todo vuelve a la normalidad por un instante, antes de explotar.




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