¡Live Out fue una locura!
- Ilean Zúñiga: Texto y Fotografía
- 24 oct 2017
- 4 Min. de lectura
Moléculas en estado de excitación, sin un rumbo trazado van y viene, chocan, se rosan, convergen en tiempo y espacio sin conocerse. La única comunión, parece ser, es el calor. Al medio día las puertas se abrieron y el tumulto no dudó en correr para apropiarse del mejor lugar frente a los dos escenarios. La emoción a flor de piel comenzaba a hacerse presente, en el mítico Parque Fundidora, manifestado en las sonrisas de los asistentes -tal como la de un ganador de la lotería-. Brincos y traspiés pueriles dignos de la infancia no faltaron, denotando el ánimo y el éxtasis de lo que prometía ser una larga jornada auditiva.
La diversidad del cartel del Live Out salió a relucir una vez más en su tercera edición, Rock en un extremo, Electrónica en el otro, pero siempre con tonalidades. Los regiomontanos demostraron ser un excelente público camaleónico que sin importar el vertiginoso cambio entre banda y banda abrazan a todas por igual incluso al acto telonero que fue recibido de una manera cálida.
Comenzaba el día y el primero en tocar el escenario AT&T fue CUCO, cantautor californiano que con una enorme popularidad en el norte de nuestro país y en el sur del vecino, comienza a dar de qué hablar en el resto del territorio mexicano. Letras spanglish, un Dream Pop Alternativo según el propio CUCO, melodías pegajosas y una voz peculiar, hacen de este joven de 19 años una promesa dentro de la música.

Public Access TV logró encender el ánimo a tempranas horas en el escenario Heineken debido al dinamismo de su show. Con varias canciones coreadas dieron la bienvenida oficial a la energía del público que, sin importar que los rayos del sol tomaban su papel de verdugo, se mantuvieron atentos a la banda. Abrieron paso y oído a Pumarosa, liderados por Isabel ofrecieron un set lleno de armonía y buena vibra. Su Rock Psicodélico brindó un momento de relajación para el público que en ese momento comenzaba a sentir la intensidad del sol y prestaban atención al show bajo el resguardo de la sombra más cercana.


La estafeta fue cedida una vez más al frenesí proveniente de la guitarra, bajo y batería que sólo una banda de Post Punk puede crear. El turno de The Cribs llegó y la gente perdió la cabeza con esta banda que hizo recordar a más de uno la adolescencia en la década pasada. La hermandad hecha música, la intimidad reflejada en el escenario.


Los escenarios emulaban una mesa de ping pong donde la pelota iba y venía. No había manera de perderse algún acto ya que al finalizar uno comenzaba otro el escenario contrario.
Así llegó el turno de Starley (Electro Pop) y Big Wild (Electrónica) que en pleno día armaron un ambiente festivo que ya cobraba las primeras víctimas de la cerveza.

Uno de los actos más esperados fue el de los californianos The Growlers, banda de Garage Rock/ Rock Psicodélico. No se puede poner en tela de juicio el talento de esta banda que luego de algunos problemas técnico dejaron todo en el escenario para complacer a su público.
Los canadienses Tom y Jimmy, mejor conocidos como Bob Moses, recuperaron el ánimo de fiesta durante la hora que tuvieron frente a los regios en el escenario Heineken. Mientras en el AT&T Portugal the Man ofreció uno de los mejores espectáculos de la noche. Se encargaron de cerrar su participación con un clásico de Oasis. Don´t Look Back In Anger.
Glass Animals hizo perder la cabeza a todos los que ya se reunían en el escenario Heineken para ver a Interpol. Los ingleses al mezclar géneros como el Rock, Electrónica o el Trip Hop, lograron apoderarse de la atención de quienes no conocían el proyecto convenciéndolos de poner atención a su acto que fue una verdadera locura, Dave Bayley nunca dejó de moverse en el escenario.


Llegó el momento esperado por cientos de los ahí reunidos, el escenario AT&T fue testigo de la actuación de Paramore. Hayley Williams salió a destrozar el escenario con una energía y vitalidad que hizo revivir a todos lo que llevaban más de ocho horas esperando a la banda. Se enfocaron en tocar su nuevo material, pero no faltaron canciones antañas que permearon el ambiente de nostalgia. Williams expresó su felicidad por estar en tierras regiomontanas y declaró que el público mexicano era el mejor, a lo que en respuesta recibió una ovación. En compañía de Taylor y Zac, Hayley armó un espectáculo que perdurará en la memoria de los fans. Justo uno de ellos tuvo la oportunidad de subir, cantar, bailar y brincar junto a la banda.

aqc
Del otro lado del recinto comenzaba a sonar otro acto que todo mundo esperaba. Paul Banks salió al escenario y los gritos cubrieron el Parque Fundidora. Turn on the bright lights de principio a fin fue ejecutado por los originarios de Nueva York. Durante el acto, Paul mostró un español fluido con el que hizo saber su emoción por estar en Monterrey. Gente enloquecida comentaba que sería irrepetible y que en algunos años podrían decir que habían sido testigos del Turn on the bright lights en vivo.

Itzel Cisneros
Llegó el turno the The XX quienes aportaron emotividad a la noche. Romy, Oliver y Jamie dejaron claro la popularidad que tienen en nuestro país al ser recibidos de una manera bestial. El cariño que tienen el uno por el otro fue transmitido al público, un Oliver muy amoroso con sus compañeros de vida, Romy y Jamie, se notó con los constantes abrazo de él hacía ellos. Oliver nos hizo saber una vez más que el público mexicano tiene algo que cautiva. El repertorio de la banda dejó satisfechos a todos y cerraron su actuación con “Angels” una apología al amor imposible.



El momento cumbre de la noche llegó con Phoenix. Los franceses contaron con un set compuesto por clásicos y algunas canciones de su nueva producción “Ti Amo”. Thomas Mars se unió a los halagos dejando expuesta su fascinación por tocar para el público de México. Demostraron ser una banda que ya marcó una generación y que la vida musical sería diferente si ellos no estuvieran en el mapa. Con ellos, el día llegó a su fin y lo vivido pasó instantáneamente a convertirse en un recuerdo perdurable. Live Out 2017 no podrá ser olvidado fácilmente.

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