Panoramas: El tiempo se suspende, se respira diferente.
- Lunámbula
- 11 dic 2017
- 2 Min. de lectura

Entrar a la sala de cine, fue casi como un antídoto para el corazón, las miradas de los espectadores parecían fijas, como si se revelara un secreto por el que habían estado esperando días atrás, el silencio podía regalarte las palpitaciones al unísono y los fragmentos de canciones aprendidas que inevitablemente la voz dejaba escapar al aparecerse en pantalla.
Panoramas, no sé si llamarlo un documental, parece la película de un fragmento de la vida de un músico, aquel que sueña con las luces de los escenarios y la gente coreando sus letras, tal vez se parezca a la idea de algunos tal vez no, lo cierto es que es que verlo en el espejo tan de cerca, te hipnotiza, te suspende en tiempo, como “la vida del viajero”, diría León Larregui.
El vaivén de la película te lleva a pasillos estrechos en dónde la memoria te envía a la vida anterior, otros donde hay nubes de colores que incluso puedes respirar, finalmente caminas de la mano con la voz de Ángel, Sergio, León, Rodrigo y pocas veces de Jesús, sientes su cansancio en las interminables horas de soundcheck, que desde afuera parece una fortuna, quieres entrar a la pantalla cuando percibes la soledad de las grabaciones y el trabajo de producción que implica un disco, te das cuenta que en la vida nada es a medias, ni el amor, ni el dinero, ni el placer sexual y mucho menos los sueños. Aventarse al abismo sin paracaídas solo por sentirse vivo.
“Cada vez que creí que no podía dar más, siempre daba más” cita León Larregui, porque la fama, el poder y el reconocimiento vienen implícitos en el pacto que se hace con el rock, pero las cosas que verdaderamente importan, son los nervios antes de subir al escenario, las risas embriagantes del público que te percibe casi como un semi dios, pero el trabajo para logar un impacto en el interior de los fans, involucra trabajo, horas de ensayo, métrica, sacrificar el corazón en los momentos de familia, de pareja, de sí mismos, implica aprender a convivir con tus músicos que se convierten en un fragmento de tu ser, que te intoleran y te soportan con la misma dualidad del ruido y el silencio.
La música de fondo que acompaña la filmación, es el sonido galáctico perfecto que no permite te desprendas de la nave a la que has elegido subirte con más de 100 pasajeros a bordo, todos viendo la misma luz.
Porque verla? Por amor al arte, a la música, a los proyectos de gente que lleva años tocando un instrumento, escribiendo canciones esperando el momento exacto para pedirle al universo puedan ser escuchados, por las bandas nuevas en formación que creen en sus sueños y nada los detiene. Por lo hecho en la escena nacional del rock.
Conclusión: Zoé en una de sus primeras “tocadas” en la Magdalena Mixuca, aquella vez que algunos recordarán cuando hubo una lluvia de llaves para la banda. León Larregui tomó una de ellas y de manera resiliente dijo: “un día esta banda va llenar el foro sol. PD. Lo lograron.
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